viernes, julio 21, 2006

Parecia ansioso de que le presentaran sus propias cenizas... Buscaba entre la basura algo de aspecto grisaceo y polvoriento, para acabar recogiendo solo heces de animales, apestosas.
Tenia hambre, sus ojos gritaban inundados en la ira, ahogados por las garras de la adiccion. Parecian oler cada silueta, inspeccionandola hasta la ultima particula.
Sus musculos se debilitaban... todo se le caia de las manos. Seguia arrastrando su irreconocible cara entre la escoria. Se desconocia a si mismo, no era capaz de imaginarse aquel aspecto en un ser...
Su aliento secaba aun mas el ambiente, palido, inmerso en una nube de repugnantes olores. Indiferente a lo que ocurria, la Luna bailaba por encima de todo aquel paisaje, creando sueños para aquellos que conseguian ser libres... para los que preferian vivir sin tener que morir... El ya estaba muerto.
Sus esqueleticos dedos seguian compitiendo con la mierda, sin parar a preguntarse como llegaron hasta alli, ni por qué... Mientras su mente, helada, se limitaba a ordenar a los dedos a ganar aquella lucha. Pero era capaz de algo mas... de crear una sensacion de arrepentimiento tras cada minimo movimiento o pensamiento, por muy delicado que fuese... Entre aquel sentimiento y el hambre por su propio ser, se ahorcaba a si mismo para poder vivir, abandonar la culpa al mencionar cada palabra, enterrar la mascara que le cubria su verdadero espiritu, que le obligaba a mentir sin haber mentido realmente...
Solo queria ser sincero, ser él mismo. La unica solucion era devorar lo que era. Descuartizar sus actos serviria para que la pulpa de sus frutos flotase en la superficie, descubriendo los rayos del Sol, inerte por aquel momento...
Encontro una botella de agua que le hidratara... la llevo directa e inconscientemente a su momificada boca. El liquido resbalo por su interior sin dejar ni una huella de su visita... escapo por los agujeros que se vislumbraban en su alma. Las gotas se sentirian despreciadas si se unieran a su cuerpo.
Finalmente encontro lo que buscaba... a si mismo incinerado. Inhalo todo el polvo por donde pudo, recorrio su cuerpo tan rapido como una droga que necesita cubrir su hueco, su dolor. Se tranquilizo por fin... se levanto y empezo a caminar en direccion al mar. Al llegar, se entrego al silencio y la profundidad sin dudar de ello ni un segundo. Era como una especie de instinto al que obedecia... estaba condicionado desde su nacimiento a encontrar ahi su felicidad. Cerro los ojos y se dejo inundar por los sueños que aquel azul infinito le ofrecia... El reflejo de la Luna aseguraba su eternidad... Habia conseguido nacer...