lunes, julio 25, 2005

Esquizofrenia - Amor al caos (4a parte)

Por un breve momento sintió la necesidad de recuperar la fuente de vida anterior, aquel Sol abatido. Quiso robar un único rayo de luz, fruto del bello amanecer, para iluminar el desértico rostro del destino. El miedo empezaba a cobrar fuerza, aunque acabaría apagándose. ¿Qué finalidad tenía todo ese sueño ? No había espejo que le reflejase la auténtica verdad...posiblemente ésta tampoco existía.
Sus estranguladas venas forzaban gritos asfixiados, vacíos, cargados de conmoción. Luces insólitas le abrazaban, besando su húmeda piel, cegando sus memorias. Revolcaban sus intestinos, asustados, agarrados a su ácido estómago con tal intensidad que hacían vibrar sus párpados. Los ojos vomitaban miedo, miedo a perder todo. Ya adoraba todo aquel nuevo mundo, lo amaba. Un simple soplo de curiosidad sirvió para ensombrecer aquel miedo, eclipsar toda preocupación. Sintió que viajaba aunque no sabía hacia dónde. La musicalidad condenaba sus emociones a saborear aquel goce, dando paso a confusas alucinaciones. Aquel caos parecía ser el guía de aquella nueva y ya descubierta personalidad, que identificaba con su dualidad.
Sangre caliente, reflejaba en su mente imágenes en las que aparecía enterrado bajo sucias arenas, obligado por fuerzas creadas por su imaginación. Quizás ese iba a ser su fin. Estaba rodeado de figuras excéntricas a sus ideas y categorías. Su capacidad de percepción estaba limitada y le impedía observar todo aquello y descifrarlo. La libertad que tenía iba disminuyendo. La materialidad cobraba vida...