domingo, agosto 14, 2005

Nacimiento...

Quiso desaparecer... ese mundo que le mostraban le mentía. Los mismos sucesos se repetían una y otra vez, hasta llegar a aburrirle. Buscó el abrazo del silencio entre gritos de dolor... permaneció de pie en medio de aquella lluvia grisácea que le confesaba secretos olvidados en el cielo, invitándole a formar parte del viento, volar sobre nuevos mundos... Su débil fuerza mental le impedía concentrarse, sus intentos desvanecían en vano... encarcelados en el vacío.
Vio el amanecer entre sus párpados y su iris... un nuevo día nacía dentro de él a pesar de su fragilidad... El humo asfixiante se escondía tras el horizonte, tragado por las montañas, se retiraba para siempre...
Contemplaba su herida con ojos de ira, que se calmaron a medida que su sangre se cargaba de serenidad.
El mar vino hacia él... le susurró al oído nanas que las olas creaban en el mismo instante. El frío ascendió por su cuerpo lentamente hasta congelar los latidos de su carbonizado corazón... Sus vibraciones causaron terremotos que destruían esa realidad inventada por unos pocos, provocaba a los volcanes, escupiendo erupciones... coagulándose en forma de nubes. El cielo sangraba, la tierra sufría... La sangre abandonó su cuerpo, formando un color agrio junto a las rocas que seguia pisando.
Únicamente el eco alcanzaba aquel sueño azul en el que paulatinamente se introducia... Sus recuerdos se autodestruian, declarando una guerra que apenas duró varios segundos...
Una tormenta arrasó su materialidad corporal, empujando su espiritu a lo más profundo del océano... desapareció...