viernes, octubre 20, 2006

Sueño celestial

Caminaba desnudo entre las nubes, procurando captar la humedad que desprendía el cielo. Su seca piel, que ahora se nutría de lágrimas puras, se lo agradecía.
Sus latidos enlentecían para seguir el ritmo de la tormenta que reinaba en lo más profundo de aquel mar gris. Las sombras se ocultaban para no herir la serenidad que florecía... Sentía cómo sus líquidos corporales emergían y se asomaban al exterior para conocer a sus antepasados, que ahora bailaban con el silencio de la eternidad y cuyas palabras aún resonaban en sus oídos como susurros memorizados por el viento, y dar a conocer el suave orgasmo que experimentaban...
Justo cuando parecía alcanzar la belleza celeste y sumergirse en el lamento de la naturaleza, sintió los azotes de un Sol imperante que se revelaba ante tanta quietud, quemando el silencio y enterrando las nubes, que deploraban aún la muerte de sus seres queridos, en una cálida herida en el seno del cielo...
Estaba obligado a caer en aquel vacío del que tanto había huido, y abandonar sus sueños.

Despertó entre tierras arenosas que evaporaban sus esfuerzos...