viernes, noviembre 10, 2006

Periferia mental

Quizá le daba al olor un privilegio que no tiene... Llegó a dudar de sus principios, de la existencia del calor del fuego que le mantenía vivo...
Se propuso sumergirse en la indiferencia. Así es posible que se sitúe en la periferia de los actos y las circunstancias, evitando cualquier choque frontal con la realidad, que muchas veces rechazaba. Sus impulsos se quedaban afónicos pidiendo su droga, pero su razón la despreciaba, apoyando la fuerza de la mente, creyéndola capaz de sentirse libre por sí misma...
De ahí se limitaba a observar, como un espectador de la realidad ajeno al tiempo.