viernes, agosto 31, 2007

Granos de arena

Las olas se entregan a la arena para morir. Dulcemente resbalan acariciando cada grano, compactándolos. Reduce las distancias entre ellos, disuelve cualquier prejuicio que pueda existir entre un grano y otro, causa de alejamientos incomprensibles.
Mueren vestidos de luto, de blanco. Un blanco que se revela, furioso y ardiente, espumoso, ante la creación de espacios virtuales que impiden la unificación del pueblo, de la arena, e impide su comunicación.
Ojalá viviésemos bajo aguas azules. Ojalá fuésemos granos de arena, simplemente para tener una fuerza externa que nos unifique, que nos muestre nuestras propias caras, ya que desde el interior hemos fracasado, hemos enterrado antaño la magia que nos unía, la vendimos para comprar caras nuevas, vacías y transparentes, pálidas y etiquetadas... Ojalá fuésemos granos de arena.